La economía mundial ha navegado en aguas turbulentas durante los últimos tres años. Acontecimientos como la pandemia del covid-19, con su impacto en los costos de las materias primas, disparando la inflación niveles sin precedentes; el enfrentamiento bélico entre Rusia y Ucrania, así como los ajustes en la política monetaria han desafiado la estabilidad económica de muchos países.
Este panorama es el que la economista Jacqueline Boin, de la Fundación Ciencia y Arte, considera que ha sido desafiante para República Dominicana. Se inscribe entre consideran que el choque de costos en las materias primas ha sido uno de los retos más transcendentales.
Afirma que, según los resultados, la economía dominicana ha experimentado una tasa de crecimiento positiva, pero considera que sería mejor si toda esa mejoría repercute en una mejoría en la calidad de vida de los dominicanos. Resaltó que la economía va en ascenso, pero que, al igual que otros países, enfrenta problemas.
Si bien reconoció que la economía local es dinámica, consideró que en el país no hay una correcta distribución de las riquezas que se producen, por tal motivo, permanecen las desigualdades y la pobreza. “Creo que el turismo puede ser un catalizador del desarrollo equitativo”, afirmó. En tanto, consideró que el ecoturismo es un sector que redistribuye y multiplica las riquezas a las personas que lo practican y, además, empodera la comunidad en donde se realiza.
Además, indicó que el segundo aspecto que “anda mal” en la economía dominicana y global, es que no hay una suficiente preocupación por parte de las autoridades, porque la aplicación de las prácticas agrícolas no se revierta en contra o provoquen un deterioro al medio ambiente.
“El país tiene inconvenientes desde el punto de vista socioambiental, lo que se debe corregir a corto y largo plazo”, aseguró. Sin embargo, para hacerlo es necesario que el Estado, los partidos y las organizaciones sociales apliquen, regulen y establezcan leyes que hagan que esas actividades económicas no actúen o se hagan en perjuicio de los recursos naturales y del bienestar social.
“Insistimos, en el aspecto de las funciones de las autoridades, en cómo deberían planificar o delinear estrategias, en función de los objetivos prioritarios a más largo plazo y qué es lo que hay que hacer en una comunidad o en el país en general”, destacó Boin.
En términos macroeconómicos, Boin calificó el país como “regular y controlable”. Señaló que, si se crean más riquezas, hay más inversión; que llegue más al pueblo y pueda ver más consumo, y si se distribuye, a través de lo fiscal o facilidades monetarias, “podemos tener un equilibrio macroeconómico juntamente con un camino derecho hacia el desarrollo”.